María y Susana fueron vecinas por años, pero además, son amigas. Se cuentan cosas, se ríen, se miran, se ayudan, se contienen… Se quieren.
Susana empezó a cuidar a María a medida que iba envejeciendo. Y lo hizo todo el tiempo que pudo. Hasta que eso ya no fue posible.
Igual, desde que María está en el Hogar Marcelo Castella, no hay semana en que Susana no pase a visitarla. Con lluvia, con calor, con frío, con el clima que haya, y aunque a veces María ya no la reconozca.
Susana está ahí para María.
Y aunque Susana debería quedarse en aislamiento social, como está fijado, su amor pudo más y se acercó hasta el Hogar para, ventana de por medio, volver a recordarle a María cuánto la quiere.
Le agradecemos a Verónica Gattari por contar esta historia y a Dalma Losada, por la foto.