La historia que fue contada de generación en generación y volvió a escucharse en estos días con la reubicación del monumento al General José de San Martín en otro lugar de la plaza principal de la ciudad, fue corroborada ayer (miércoles) por la tarde con el hallazgo de una estatuilla de una virgen que había sido colocada en el interior de la base del pedestal en ocasión de haber sido construido, en los primeros años de la década del `50.

El descubrimiento se hizo poco después de las 16 y allí estaban el intendente municipal, Miguel Fernández; Machi Torres, un ex empleado municipal, nieto de Aurelio Torres, quien también se desempeñó como empleado municipal y participó en las tareas que se hicieron en la plaza cuando se colocó el Monumento al Gral. José de San Martín; y Miguel Pecochea, otro ex empleado municipal que fue a colaborar en los trabajos; además del subsecretario de Planeamiento y Obras Públicas, Cristian Rabasa; Cristian Martínez y el sereno municipal

Al tomar conocimiento de que comenzaría a tirarse el antiguo emplazamiento donde estaba la estatua del prócer, Machi Torres no sólo promovió la búsqueda de la virgen: se puso en contacto y de alguna manera encabezó el rastreo ya que recordaba que su abuelo –fallecido hace 17 años- le había dicho más o menos cuál era su ubicación: a unos tres metros del piso y con la imagen mirando hacia el Municipio –calle Villegas- y no a la Iglesia -calle Oro-.

“Fue todo muy emocionante, desde querer comprobar la leyenda que andaba dando vueltas hasta el entusiasmo y cuidado que puso Machi (Torres) en cada golpe que daba en la estructura; ahora veremos de restaurar la estatuilla y definir dónde, en qué lugar de la plaza, la instalamos”, dijo el intendente Fernández, quien inmediatamente se puso en contacto con el Padre Juan Pellegrino para ponerlo en conocimiento de la noticia.

La estatuilla finalmente fue encontrada en el interior de la vieja estructura que sostenía a la estatua del Gral. San Martín, a unos dos metros del piso y a 70 centímetros de su base, donde se ensancha, es decir más abajo de lo que se creía, pero como Aurelio le había relatado a su nieto, la virgen estaba mirando hacia el frente del Palacio Municipal. Por la altura, se calcula que se hallaba detrás de una de las placas que ya habían sido retiradas. La virgen tiene a sus pies tres palomas, detalle con el que suele representarse a Nuestra Señora de Fátima.