A poco más de un año de la mudanza a las nuevas instalaciones, el equipo de trabajo del Hogar Evita, de Beruti, organizó el viernes una fiesta muy especial que no sólo sirvió para agasajar a sus residentes sino, también, para posibilitar el reencuentro con sus pares del Hogar Marcelo T. Castella, de Trenque Lauquen, tras más de dos años sin verse por las restricciones generadas por la pandemia de Covid-19.

“El Hogar Evita comenzó a funcionar el 25 de agosto de 1990 en terrenos donados por la Asociación Italiana de Socorros Mutuos. Era un geriátrico privado, apoyado por una Comisión integrada por un grupo de vecinos solidarios, entre los que se encontraba el ex-diputado provincial Abel Estévez, pero en diciembre de 2007, imposibilitados de continuar con el mantenimiento de la institución, buscaron el sostén del Municipio y en 2008 se realizó el traspaso oficial de los bienes de la Comisión a la órbita pública.

“A pesar de los intentos de mejorar el inmueble, no fue posible adecuarlos a los nuevos estándares para las Residencias de Adultos mayores y se decidió encarar la construcción del nuevo edificio, que se inició con aportes provinciales en el marco de un convenio firmado con el ministerio de Infraestructura y Servicios Públicos bonaerense y que se terminó con fondos municipales”, recordó la Dra. Cristina Mancini, directora de Tercera Edad del Municipio.

La funcionaria municipal señaló que por primera vez “desde 2020 se ha logrado la habilitación provincial del Hogar Evita de acuerdo a la legislación vigente y su incorporación a la coparticipación (a través de Región Sanitaria II), y en la actualidad se tramita la incorporación de la institución como Prestadora ante la Superintendencia de Servicios de Salud y ante el I.N.S.S.J.P., lo cual posibilitará un convenio de internación con PAMI”.

“A pesar de las dificultades que impuso la pandemia, el 19 de marzo de 2021 con el intendente Miguel Fernández se pudo realizar el acto oficial de inauguración de las nuevas instalaciones, y los residentes disfrutan su estancia en un edificio acorde a los estándares nacionales de bienestar para los adultos mayores”, agregó, para completar: “Por eso el festejo y por eso las sonrisas y los abrazos. Fue un encuentro sentido y una buena excusa para celebrar la vida”.