Con la compra de una incubadora de lectura rápida, el Servicio de Esterilización del Hospital Municipal Dr. Pedro T. Orellana continúa avanzando no solo desde la incorporación de nueva tecnología sino, especialmente, en la seguridad y confiabilidad de los controles que realiza en sólo tres horas y que se traducen en una mayor seguridad para el paciente.

“Esta tecnología es costosa, pero nos asegura además de la lectura de la esterilidad una interpretación sumamente rápida, ya que en ese corto lapso de tiempo podemos liberar la carga absolutamente seguros de que no contiene microorganismos, sin demoras para las prácticas quirúrgicas”, explica la farmacéutica Leticia Arce, jefe mencionado Servicio de Esterilización, que funciona casi al finalizar el pasillo central del Hospital y tiene otros cinco integrantes: tres enfermeras y dos auxiliares.

La profesional explica que las mejoras implementadas –la incubadora, que tuvo un costo de 2.900 dólares, se suma a la incorporación paulatina de otros procesos, como la utilización de indicadores biológicos estándar de 24 horas para autoclave de vapor en 2016 y en 2018 los indicadores biológicos de lectura rápida de 3 horas para autoclave de vapor y los de estufa o calor seco- resultan imprescindibles, sobre todo cuando se utilizan prótesis y dispositivos médicos en todo tipo de pacientes y puntualmente en los más vulnerables, como los de Tercera Edad e Inmunodeprimidos.

Además de la inversión en equipamiento cabe tener en cuenta que en función de la mejora continua en la calidad de la prestación y de la tranquilidad del paciente debe calcularse un costo de alrededor de diez  dólares en indicadores biológicos por cada caja de instrumental que se esteriliza para quirófano.

En el Servicio de Esterilización se encargan de recibir el material y de realizar el control primario del instrumental, la producción de material estéril, el acondicionamiento, la esterilización, el control de parámetros físicos químicos y biológicos, la entrega de material descartable y la reposición de instrumental.

“Nuestra principal función es que cada producto médico llegue al paciente en condiciones estériles, seguras y atóxicas, de acuerdo a los tiempos requeridos por el equipo profesional de cada sector. Esta misión nos acerca  a la comunidad médica y, por supuesto, a la comunidad en general, en la prevención de las infecciones asociadas al cuidado de la salud”, sostiene Arce.

A la par del procesamiento del instrumental utilizado en todo el hospital -Salas, Quirófano, Guardia, UCO, Terapia de Adultos y de Niños- y en los CAPS, el Servicio prepara y esteriliza los insumos necesarios -gasas, apósitos, vendas, ropa de cirugía, sábanas para quemados, etc.-utilizados en las prácticas diarias de los sectores enumerados.

De acuerdo a datos estadísticos, el Servicio realiza un promedio de 140 ciclos de autoclave y 70 de estufas mensuales.

La incorporación de una farmacéutica como jefe a cargo del Servicio en 2016 también fue otro paso significativo, porque permitió ajustarse  a las exigencias del ministerio de Salud.

Que un producto médico o un insumo cumpla con el requisito de esterilidad quiere decir que “podemos encontrar sólo un microorganismo en un millón y nos aseguramos que se destruye toda forma de vida microbiana, incluidas esporas bacterianas que son mecanismos de resistencia de las bacterias”, precisa Arce.

Los primeros pasos para completar una eficaz esterilización son el prelavado y el lavado, que se hacen con el uso  de detergentes especiales que se diluyen en determinadas concentraciones y a temperaturas adecuadas para eliminar todo rastro de materia orgánica y lograr disminuir la carga microbiana. Luego se efectúa el secado con aire comprimido o paños que no liberen pelusa. “Debemos controlar visualmente que no haya quedado suciedad”, agrega la Jefe del Servicio.

En la actualidad el área dispone de dos metodologías para esterilizar el instrumental: Por calor húmedo (vapor) en autoclave, que es de primera elección, y por calor seco (estufas). Y tiene controles de diferentes clases que a través de distintos parámetros muestran si los resultados fueron seguros:

– Controles Físicos. Incluyen la medición de temperatura y presión y se le realizan al autoclave y a las estufas .Se monitorea, imprime y archivan los resultados. Sólo informan que el equipo funciona correctamente.

– Controles Químicos. Hay de cintas termoquímicas, multiparamétricos, integradores de varios factores. En el Servicio utilizan los tres.

– Controles Biológicos. Son fundamentales –afirma Arce- porque aseguran la ausencia de carga microbiana en el producto, es decir que garantizan esterilidad. Son dispositivos inoculados con esporas de microorganismos muy resistentes que se ubican junto con la carga que se va a esterilizar en la autoclave o estufa.

“Cuando sacamos la carga, incubamos el control biológico y esperamos el resultado del mismo.

Estos controles también fueron incorporados en 2016, en un proceso de mejora de calidad”, resalta la profesional.

Luego de incubar los controles pueden leerse los resultados. Y si el control biológico muestra que el microorganismo no creció, entonces puede efectivamente asegurarse que la carga está estéril y así liberarla a los diferentes servicios del hospital.