El libro Yo, Almafuerte, una obra en la que su autor, Carlos Borengo, cuenta de manera novelada la historia de vida del poeta, fue presentado el viernes pasado en el Museo Almafuerte ante una sala colmada que se sorprendió gratamente con las intervenciones del dramaturgo Víctor Cuello, personificando al reconocido maestro.

Junto al escritor estuvo también Enrique Alejandro, subsecretario de Cultura de La Matanza, donde también residió Almafuerte, quien hizo su aporte leyendo fragmentos del libro en un ida y vuelta dinámico con el autor, que aclaró que si bien el relato que hizo de la vida de Almafuerte es novelado, los datos históricos son reales.

Borengo contó que en la partida de nacimiento del poeta sólo dice Pedro Palacios y  que el agregado de Bonifacio o Benjamín que hacen algunos como segundo nombre no está registrado oficialmente.

También dijo que pese a ser considerado oriundo de San Justo, esa ciudad no había sido aún fundada cuando nació Pedro Palacios, por lo que correspondería precisar que es de La Matanza.

Asimismo se refirió al impacto de la muerte de su madre, cuando Palacios tenía cinco años y a su condición de perseguido político en su rol de docente, por la defensa que hacía de los pobres en cada lugar que le tocaba estar al frente de un aula.   

“El autor de la obra tenía especial interés en escribir sobre Almafuerte porque nació y se crió en La Matanza, lugar de donde es oriundo el Maestro y por eso también quería hacer la presentación acá, en el museo que lleva su nombre”, explicó Miriam Barrios, encargada del Museo Almafuerte.

Borengo agradeció a Barrios por haberle abierto las puertas del Museo cuando hace tiempo pasó con su esposa de visita por Trenque Lauquen y como estaba cerrado, la llamaron por teléfono y ella accedió al especial pedido. «Desde entonces pensé que sería lindo poder estar acá con mi libro», dijo el escritor y periodista.

La presentación fue declarada de interés público y municipal por el intendente Miguel Fernández y la directora de Cultura le entregó una copia, agradeciendo a Borengo y su equipo de trabajo. El autor retribuyó los agradecimientos y dejó ejemplares de su obra, prometiendo su regreso a Trenque Lauquen cuando culmine un segundo libro sobre el poeta.