El escritor, periodista y politólogo, Hernán Brienza, disertó el pasado viernes en los salones de la Cooperativa de Electricidad de Trenque Lauquen sobre la realidad social argentina, los medios y el conflicto que involucra a la empresa Papel Prensa SA. Brienza llegó a la ciduad en el marco del programa Café Cultura, que auspicia la Secretaría de Cultura de la Nación, y promueve en Trenque Lauquen el Departamento de Prensa municipal.

En una charla que duró más de 2 horas, el periodista comenzó afirmando que “Clarín marca la agenda e impone los temas de los que habla la gente” y explicó que, a través del discurso de la inseguridad y el fogoneo de un país en crisis, los medios construyen una realidad que se distancia abismalmente de la realidad palpable de los ciudadanos, distancia que se agranda aún más si se contempla que la realidad construida habla solo de Capital Federal, marginando todos los días la cotidianeidad del interior nacional.

Con respecto al tema Papel Prensa, Brienza señaló que las prácticas monopólicas de los medios, en este caso de Clarín y La Nación ,en la producción y distribución de papel para la prensa, perjudica a los demás diarios del país y hace realmente imposible la libre competencia. “A tiempo Argentino (diario en el que actualmente trabaja) el papel le cuesta 150 dólares más por tonelada que a Clarín o La Nación”. Además, aclaró que la venta de papel es también un instrumento para determinar la línea de los pequeños  medios, ya que si los medios no se cuadran frente a la postura política de Clarín, automáticamente dejan de venderle el papel.

Elisa Carrió fue la excusa empleada por el escritor para hablar de la responsabilidad a la hora de elegir las palabras. Brienza consideró que hay una intencionalidad peligrosa cuando Carrió afirma que este gobierno es dictatorial, ya que eso implicaría, en este país, hablar de torturas, asesinatos, prensa limitada y universidades y escuelas intervenidas. Y eso no es lo que pasa en Argentina en la actualidad.

La charla en los salones de la cooperativa estuvo enriquecida por una amplia participación de los oyentes, quienes desde el inicio se prestaron a la propuesta de ida y vuelta del periodista, lo que hizo que durante las tres horas de diálogo se sostuviera el interés general.