En la primera parada de la recorrida que se realizó esta mañana (jueves) en la inauguración del Polo Ambiental, Andrea Scheffer, integrante del equipo técnico, y el operario Pedro Manuel “Tito” González, explicaron el funcionamiento de la Planta de Tratamiento de Residuos Patológicos, que cuenta con una superficie cubierta de 347 m2 conformada con un galpón principal, oficina administrativa y de monitoreo, sanitarios y un horno pirolítico.

“Es una planta que fue gran desafío llevarla adelante y fue el primer eslabón para generar este Polo Ambiental Integral”, comenzó diciendo Scheffer, para marcar que “la tenemos en marcha desde hace un año y medio y se trabaja bajo estrictos protocolos de funcionamiento, tenemos auditorías internas continuamente por eso el esfuerzo diario que uno tiene que mantener y estar atento a lo que se está trabajando continuamente”.

“Pedro (González) es el operario general de la planta pero también tenemos los encargados, choferes de los vehículos de la recolección: Eduardo Bacci, Javier Refusta y Mauro Girardi; los chicos son los que ven en la calle, que andan en el camión que fue adquirido por la Municipalidad cuando invierte en esta planta y que está equipado para hacer el recorrido y se usa específicamente para hacer esta actividad”, explicó Scheffer.

Tras destacar el trabajo y el esfuerzo de los trabajadores sobre todo en tiempos de pandemia, brindó detalles del funcionamiento del equipo de incineración: “Es un horno bastante robusto, que está formado por dos cámaras de quemado, la primaria y secundaria, la primaria recibe el residuo al inicio y la segunda levanta más temperatura y quema todo lo que le estamos metiendo”.

“La cámara primaria trabaja a una temperatura de 700 grados y la secundaria, a 1.200 grados, para asegurar que cuando hace el lavado de gases salga con la capacidad que debemos tener en el ambiente”, dijo para señalar que “en cuanto a los protocolos, tenemos un sistema de monitoreo de los gases y nos va tirando todo el tiempo de cómo vamos largando gases a la atmósfera, y el monitoreo tiene que ser constante”.

Acerca del servicio, señaló que “tenemos servicios diarios cuando se van requiriendo, estamos en contacto con la empresa Incol, que es a la que se le requirió el equipo y se opera todos los días, son ocho horas diarias y se comienza a trabajar a las 5 y 6 de la mañana”.

Dijo también que “contamos con dos cámaras de frío, que son de back up, y ahora tenemos una funcionando porque con el tema de la pandemia estuvimos bastante exigidos con la demanda y el desafío diario es tratar de vaciar la cámara para poder tenerla ante cualquier contingencia”.

En relación al proceso de trabajo, Pedro González comentó que “entramos a las 5 de la mañana, se hace una revisión completa de los equipos antes de ponerlos en marcha (aire, gas y agua), luego hacemos una limpieza general y lo ponemos en marcha” y dijo que todo el trabajo queda asentado en planillas.

Además señaló que “mientras tanto los chicos salen a recolectar y durante ocho horas es constante el trabajo, se queman alrededor de 700 kilos de patogénicos”.

La planta, desde su puesta en funcionamiento, ha demostrado una eficiente gestión en el tratamiento de residuos patológicos auto-gestionando de esta manera la totalidad de los residuos generados por los establecimientos municipales, a saber: 2 (dos) hospitales, y los tres (3) Geriátricos municipales, además de sus Centros de Atención Primaria de la Salud Comunitaria,  Zoonosis y Laboratorios municipales.

La recolección se realiza de manera diaria, utilizando un vehículo marca Chery DFSK, carrozado y equipado para brindar este tipo de servicios, cumpliendo normativas vigentes. Dicha recolección la realizan operarios capacitados utilizando los elementos de protección personal.